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Amar y punto.

  • Foto del escritor: Cova de Iria
    Cova de Iria
  • 16 ago 2018
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 17 ago 2018


Se que Dios es mi libertador. Me ha liberado de muchas cosas, lo he visto liberarme en un instante y también he estado en procesos que han tomado mucho tiempo, he necesitado que otros oren por mi y algunas veces sucede solo por estar en presencia del señor. Más allá de cómo sucede, lo importante es que sucede. Todos necesitamos que Dios nos libere en algunos momentos, y esto se debe a que no importa con cuanta perfección vivamos, o cuán espirituales seamos, seguimos siendo de carne, y seguimos viviendo luchando contra un enemigo tratando de levantar fortalezas del mal en nuestras vidas. La buena noticia es que Dios puede y quiere separarnos de cada atadura que nos distancia de Él.


Como algunas de ustedes habrán leído en mi Instagram, hace unas semanas pasé por lo que la medicina llama una crisis de ansiedad por estrés. Fueron días duros porque en realidad no sabía las razones por las que me encontraba así, sentía desanimo, fatiga, cansancio, y en dos ocasiones se manifestó físicamente a través de perdida de la vista, el sentido, falta de respiración y calambre en todo el cuerpo. No podía negar, por más que quise créanme, que me estaba pasando algo, porque muchas veces por seguir con los afanes de nuestro diario vivir, queremos voltear la vista y hacer como si nada nos sucediera.


Puedo comprender y lo expreso literal y claramente, que nadie es perfecto, ni tu ni yo. Nadie lo ha logrado, nadie está exento de pecar. No hay nadie que no tenga problemas, ninguna de nosotras a caminado tanto tiempo en el Señor que ya lo sepa todo y no tenga nada más que aprender. Ninguna de nosotras es tan completa que no necesite de Dios. Ninguna de nosotras lo tiene todo claro. Si, esa es la verdad, hasta nuestro Señor Jesucristo en el momento más difícil de su vida sintió que el Padre lo había abandonado, ¨Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?¨ (Mateo 27:46) Entonces, todos podemos sentir momentos de incertidumbre. Ahí está, públicamente lo he dicho. No lo digo porque pienso que tu lo necesites saber, por el contrario, se que ya lo sabes, lo digo para que sepas que todas lo sabemos. Por lo tanto, podemos ser del todo sinceras con nosotras mimas acerca de nosotras mismas.


Al experimentar por segunda vez físicamente esta crisis de ansiedad, decidí ir al medico. En la segunda oportunidad, estando dormida me levanté de la nada a las 2 de la madrugada con un profundo suspiro y sintiendo que me faltaba la respiración. De inmediato y en medio de esa angustia de sentir que no podía respirar, mi esposo y yo salimos disparados para urgencias, y allá luego de todos mis exámenes me dijeron que lo más probable es que fuera estrés. Posteriormente en consulta con un médico experto en el tema, literalmente recibí la siguiente receta médica ¨Mely tienes que frenar y relajarte, tomarla con calma.¨ Les puedo decir que pensé ¨¿QUEEE con calma, cómo voy a lograr eso? Soy abogada y desempeño mi profesión, mis días de Lunes a Viernes son de oficina, atiendo mi casa y a mi esposo, lo ayudo en nuestro negocio familiar, estoy estudiando actualmente, leo e investigo, me preparo diariamente para mis blogs, escribo, oro, entre tantas y más cosas, la rutina, a pesar de sentirse normal puede cansarnos sin que en realidad nos demos cuenta.


En los días de descanso, empecé a dedicar mis ratos a orar, a pesar de lo que me habían dicho yo no podía aceptar que me estuviera pasando algo así, porque me esfuerzo en ser positiva, en mantenerme en contacto con Dios, así que me propuse ponerme en la tarea para que el Señor me revelara qué estaba pasando. Le dije: ¨Señor muéstrame lo que me está pasando y lo que debo hacer al respecto¨, oré y oré y oré. Y dije, voy a orar hasta que escuche de ti o hasta que esto se me pase. Oré todo un día y noche. Cogí la Biblia y empecé a estudiarla, como de costumbre. Sin embargo sentía una gran ansiedad en mi alma, no me calmaba, como una sensación de zozobra en el pecho.


De pronto recapitulé un libro que alguna vez leí, y recordé un pasaje de Isaías acerca de cambiar ¨manto de alegría en lugar del espíritu angustiado¨ y supe en ese momento que estaba luchando con un espíritu de angustia. No había nada de malo en mí, ni en mi vida, pero el enemigo trataba de llevarme a pensar que sí lo había. Entonces me puse a orar más fuerte, a cantar y a declarar que estaba bien, que estaba sana, a recordar todas esas promesas que Dios me ha hecho y que sé que cumplirá. Le dije al enemigo que se alejará de mi, que aquí no había espacio para él, y le di gracias a Dios por haberme dado autoridad para hacerlo. Y sentí alivio, un alivio tan grande que me hizo comprobar con más certeza que había estado luchando contra el enemigo.


Quedé en un estado de recuerdos, y empecé a analizar, mirar atrás y pensar, y creo que se debe al trabajo que vengo realizando a través del servicio a Dios, y al proyecto que estoy trabajando para Él con Cova de Iria, en los días que mas mal me sentía estaba en medio de escribir un blog acerca de un tema muy importante para mí, y esa fuerza mala quería que me rindiera, que no lo escribiera, que no siguiera adelante con Cova y así impedir el lugar, el llamado, y el propósito de Dios en mi vida. He hecho caso igualmente a las recomendaciones del médico porque siento que los profesionales en medicina también son instrumento de Dios con su ayuda, y he estado juiciosa manejando mis tiempos, con calma, y paciencia. En estos días he tenido clara mi visión sobre mi vida y mi futuro, renovando el compromiso para identificar y resistir las mentiras del enemigo. Hay mentiras que entran en nuestra mente y podemos aceptarlas como verdad. Estamos llamados a orar para que esto no suceda, a llevar todo pensamiento cautivo a Jesucristo. ( 2 corintios 10:5 )


La vida tiene momentos difíciles, pero muchos de estos momentos nos duelen y hasta sin necesidad por las mentiras que creemos acerca de nosotras mismas y de nuestras circunstancias. No obstante podemos superar todas estas mentiras con oración, fe y la verdad de la palabra de Dios. Jesús nos dejó palabras especificas que lo reconocen ¨libranos del mal¨ (Mateo 6 : 13) No nos hubiera dejado estas palabras si no hiciera falta, pedir por ello. Muchas veces vivimos como si Jesús no hubiera pagado un GRAN precio por hacernos libres. Por eso debemos luchar para liberarnos de emociones negativas, resistiéndonos y negándonos a estar ansiosas, a que nos domine el enojo, a sentirnos insatisfechas, a ser envidiosas, a estar deprimidas, amargadas o desesperadas. Pedirle a Dios en todo momento que nos ayude a vivir en su paz y su gozo.


¿No les ha pasado que el domingo sienten todo menos deseo de ir a misa, te resistes a la pereza logrando ir, y al escuchar la palabra se dan cuenta que el mensaje de ese domingo era justo y necesario para ti? El enemigo lo sabe, y por eso no quiere que vayas, para que no alcances la gracia de esa palabra. ¿Alguna vez has tenido problemas con finanzas que te hacen creer que nunca saldrás adelante? ¿o te enfermas constantemente o sientes cosas que no te diagnostican o curan? ¿Tienes algún problema del cual sientes que no puedes salir? ¿No puedes perdonar a alguna persona en especial? ¿Sientes como si nunca Dios contestara tus oraciones? Si respondes que si, has enfrentado al enemigo, quien ha sembrado todas estas mentiras en ti. Es un engañador inteligente y vendrá a tratar de decirte mentiras, hay que estar preparadas. La gran esperanza es que Dios quiere liberarnos, pues Él es el libertador. (Romanos 11:26)


Se preguntarán Mely y cómo encontramos esa libertad? De la misma manera cómo yo lo hice: orando tu misma por ello (Salmo 72:12), teniendo a otras personas fuertes en oración que oren contigo, leyendo la palabra de Dios, y pasando tiempo en presencia del Señor. Para mí una de las formas mas poderosas de pasar tiempo con Dios es a través de la alabanza y adoración. Me gusta mucho ir al santísimo y llevar mis audífonos para escuchar en su presencia música de alabanza y adoración, he podido experimentar que Dios habita en mi alabanza y sentirme en su presencia. –El Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.- (2 Corintios 3:17) Puede que a veces se nos olvide qué debemos hacer, pero si en esos momentos recurrimos todavía en contra de nuestros deseos, a la oración, la palabra, la adoración, y a los pies del señor, lograremos salir más rápido de esa batalla.


Debemos recordar que si aún en medio de nuestros procesos, a pesar de la oración, nos continúa doliendo o abatiendo los sentimientos de tristeza, esto no significa que vayamos para atrás, vamos hacia lo más profundo. Confiemos en que nuestros tiempos están en las manos de Dios, y que es Él  quien nos libera a su tiempo. Su liberación es un proceso continuo, es Dios quien ¨nos libró, (pasado) y nos libra, (presente) y en quien esperamos que aún nos librará¨(futuro) (2 Corintios 1:10) Dios hace el trabajo completo, y si ha empezado su obra en nosotros, lo hará hasta el final. Debemos tener confianza de que ¨quien empezó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo¨ (Filipenses 1:16) Nos liberará para que seamos quienes somos en verdad: mujeres bellas, seguras, guerreras, inteligentes, amorosas, talentosas, amables, ingeniosas, atractivas, y libres en Dios.


Sé que este es un blog un poco diferente, les he hablado de una de mis batallas, y de verdad yo también a veces siento temor a pesar de dedicar parte de mi vida a Dios, por esta misma razón cada vez más me doy cuenta de cuánto me falta, y cuánto necesito seguir conociendo y viviendo de la mano de Dios, para que me ayude a librar mis luchas siempre de su mano. Sé que mis palabras podrán sonar fuertes, y puedan no entender muchas cosas, pero si algo les puedo asegurar es que las guerra más fuerte a las que nos enfrentamos y luchamos es contra la espiritual. Hoy me siento en paz, decidida a amar y punto. Amar a Dios y punto, con toda mi alma y con todas mis fuerzas incluso en los días en los que sienta no tenerlas. A no creerle a nada que no venga de Él, reafirmando el poder tan grande de aquel en el que CREO. Les comparto esta experiencia, para que juntas demos las batallas y salgamos todas victoriosas, luchando con las armas que Jesús nos regaló. Aquí les dejo 15 de ellas, como les prometí en el Post:


Besos, Mely.


15 regalos de Dios para mantenernos libres, en equilibrio, y confiadas:


1. Claman los justos y el Señor los oye, y los libra de todas sus angustias. Salmo 34:17

2. Invócame en el día de la angustia; te liberaré y tú me honrarás. Salmo 50:15.

3. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos. Mateo 16:19

4. El que confía en su propio corazón es un necio, pero el que anda en sabiduría será liberado. Proverbios 28: 26

5. Por cuando en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré, lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Salmo 91: 14

6. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará de sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7

7. Entonces en su angustia clamaron al Señor y Él los salvó de sus aflicciones; los sacó de las tiniebla y de la sombra de muerte y rompió sus ataduras. Salmo 107:13-14

8. Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi calma. Mateo 11:28 -30

9. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu. Salmo 34:17-18.

10. Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

11. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado. Isaías 26:3

12. El señor es fiel, y Él los fortalecerá y los protegerá del maligno. 2 Tesalonicenses 3:3

13. Cuando pasa el torbellino, ya no existe el impío, pero el justo tiene cimiento eterno. Proverbios 10:25

14. Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Efesios 6:10-11

15. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:13-18

 
 
 

1 comentário


lilia ines
30 de ago. de 2018

Que motivadora eres!!!!!!, me identifico con ciertas características con las cuales tu te describes,leerte me inspira a no desfallecer, la vida no es nada sencilla pero con Dios de la mano siempre es posible. Un abrazo.

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