Carta de amor.

SUSPIRO…

Que difícil ha sido terminar estas palabras Hij@ mí@… No sabes cuantas veces he intentado escribirte. Una y otra, y otra, y otra vez, porque un sentimiento tan grande se apodera de mí, que empiezo y no termino, lloro sólo de soñarte, pensarte, añorarte, vivirte, conocerte. Tienes una mamá MUY sentimental, como ya lo habrás sentido.

He de confesarte que esto de ser mamá me ha cambiado la vida COMPLETAMENTE. Nunca fui de las mujeres que soñara con tener hijos, pero tú amor mío, eres fruto de un amor que me cambió la vida. Si, tu papá me cambió la vida. Me ha enseñado tanto hijit@, su amor me transformó y lo sigue haciendo, hasta el punto de enseñarme a desearte con TODO y mucho más que mi corazón. Fue mi amor por él, y su amor por ti, incluso antes de tenerte, que me hizo orar por ti todos los días pidiéndole a Dios y Mamita María que me ayudaran a regalarle a tu papá tu vida.

Él, tu papá, es un hombre maravilloso, Dios se sobró contigo hij@, y conmigo, eres supremamente desead@, y ese sentimiento me ha abrumado por completo, he pasado por todo, miedos, anhelos, horas llorando al principio de la gratitud tan inmensa que me invade cada vez que estoy orando dándole gracias a Dios por ustedes, me siento sincera y profundamente agradecida por ustedes.

La primera que se enteró que venías en camino fue tu tía Lichy, ya la conocerás, es una mujer, de esas que ya no se ven, que me ha aguantado tanto, como lo harás tu (pobre de ti amor mío) cuando amo con locura, así soy, intensa, como soy con ella, mi gran amor bonito, quien estoy segura será quien mas te amará después de nosotros, en quien podrás confiar siempre en tu vida. Tía Lichy estaba igual de nerviosa o más que yo. Me enteré de tu llegada un Viernes a las 10 de la noche, tu papá estaba trabajando y yo como siempre suelo hablar con ella por horas, le mandé un video con la prueba de embarazo que me hice a esa hora, mi corazón latía a millón, al igual que el de ella, me tiemblan las manos sobre el teclado aun como ese día, porque sí, a pesar de dedicarme a las palabras, me quedan cortas para expresar todo lo que sentí.

Ella me calmó un poco, no dormimos esa noche, al día siguiente nos levantamos ambas muy temprano, fui a hacerme la prueba de sangre y llegó la confirmación de la noticia, MORÍA por decirle a tu papá, pero quise esperar para sorprenderlo, porque TU mi amor, eres el sueño más anhelado de su corazón. Mi historia con Él, ya tendremos tiempo para contártela, pero tu papá así como tú, son la respuesta a muchas oraciones. Llegó así como tú para cambiarme la vida, un hombre del que sé te sentirás tan orgollos@ como yo.

Poco tiempo después de conocernos, confesándonos y hablando por horas de nuestras vidas, pude entender que formar una familia y tener hijos fruto de un amor seguro era lo que tu papá más deseaba, y hoy hijo te puedo asegurar que es lo que tendrás, porque nos esforzamos mucho en ello, hoy más que nunca para ti. Él me enseñó a desearte, a esperarte, El me contagió de ese amor, que hoy sé es más grande que cualquier cosa que antes haya vivido o sentido. Más grande que el mar, el cielo, las estrellas, así como me debe amar Dios a mi, así como te ama a ti, con su magnitud y grandeza, así de inmenso es mi amor por ti.

Aunque seas muy pequeñ@ y frágil, aunque aun no te hayan visto mis ojos te puedo sentir, y sentirte amor mío ha sido lo más especial, lo más grande que la ha pasado a mi vida. Hoy entiendo más a tu abuelita, la valoro más, me has enseñado tanto criaturita, me has regalado el papel más importante, el ser Madre, y por eso hoy amo más a María, porque por fin puedo entender completamente sus silencios, su entrega sin medidas, su amor que atraviesa como espada el corazón.

Tu papá se puso a llorar cuando le conté que su sueño estaba por cumplirse, y desde ese día, aun llenos de miedo, oramos juntos por ti. Me perdonó por chocar el carro de la emoción ese día, cuando al leer ese, el POSITIVO más feliz de mi vida, temblaba cada parte de mi ser, y perdí toda clase de control, jajaja, hasta del carro…

Luego vinieron tus abuelitos maternos, a quienes amor, has llenado de tantaaaa felicidad, que yo misma a veces quedo impresionada. Han sido para mí unos padres maravillosos, y sé que serán grandes abuelos para ti. Ahora me queda el reto inmenso de superarlos, cosa que es muy difícil porque han hecho un gran trabajo, ese mismo orgullo que yo siento, ojalá, algún día tu lo sientas por nosotros. No han hecho sino mimarme, y hasta regañarme porque quieren que me cuide más de lo normal, tu abuelo fue quien le dio (antes de tiempo la noticia al mundo) no se aguantó, ya conocerás a ese hombre alto y grandote cuyo abrazo te llenará más que cualquier otro, y a esa abuela complaciente y consentidora, que está más feliz que nadie y que daría hasta su vida por ti.

Después vino una semana muyyy larga, llena de millones, billones, trillones de sentimientos. Me levantaba a orar muyyy temprano, porque no me dejaste dormir de la emoción durante todo un mes. Rezaba el rosario, y la novena de la dulce espera una oración hermosa dedicada a una mujer, la mujer más maravillosa de todas, quien era la única que me daba paz en medio de toda la revolución de sentimientos que estaba viviendo, y a quien le debo el milagro de tu vida mi amor.

Cuando tu papito y yo empezamos a buscarte, por unos meses no hubo un Si de respuesta. Te esperábamos tanto. Yo me aferré en silencio a ella, y le pedía, que intercediera mucho por mí, para que el Padre decidiera bendecir mucho más nuestra familia con tu llegada. Por siete meses nos hizo esperar, y ya justo cuando empezaba a sentirme triste, nos regala tu llegada, para decirme: ESTE ERA EL TIEMPO, tú amor de mi vida, llegarás en Mayo, un mes DEMASIADO importante en nuestras vidas, en ese mes tu papá y yo nos conocimos, un año después nos casamos, es el mes de tu madre celestial, y por eso ella me dijo: no quería antes, ni después, mi hijo y yo escribimos con tinta indeleble el testimonio de sus vidas, y mayo es el mes, otro maravilloso regalo en un mes que significa tanto.

Yo mi amor, tengo un amor por ella igual de grande al que tengo por ti. Ella y su hijo me han regalado todo, y ahora, como parte, muestra y confirmación de su voluntad perfecta para mi vida, has llegado tu. No cuando yo y tu papá queríamos, sino cuando los cielos lo dispusieron. Ahora espero que comprendas por qué te amamos tanto.

Con la familia de tu papá, hij@ mí@ hemos sido premiados. Son gente buena, que me han querido desde siempre, tienes un par de primas - tías hermosas que se apodan las menchas, mujeres maravillosas llenas de tantas cosas lindas que espero y heredes, quienes lloraron con la noticia de tu venida, unos tíos hermosos que aman a tu papá como a un hijo, unos abuelitos maravillosos que llegaron para ampliar mi núcleo, son muchisisisimos, como siempre le había pedido a Dios, una familia grandota que llegara a llenar la vida de nosotros cuatro, y hoy tu abuelo Hugo, tu abuela Cecy y tu tía Lichy hacemos parte de la Severinada, quienes se emocionaron tanto por tu llegada, haciéndome entender que siempre ha sido su voluntad, este es nuestro lugar, nuestra familia y nuestro tiempo.

Decidimos entre todos, vivirte por unos meses, solo para nosotros. Queríamos guardarte en privado, atesorarte como parte de lo que eres para nosotros, un regalo maravilloso. Tu papá y yo, y nuestras familias vivimos con emoción tus primeras ecografías, visitas al medico, tu formación semana a semana. Yo quise darnos este espacio para vivir con Dios, y en oración los primeros y más importantes meses de tu vida. Tengo un blog maravilloso en el que me encanta escribir, decidí guardar silencio y ofrecer no escribir en el durante estos meses, para entregar en gratitud a Dios mi silencio en ayuno, como agradecimiento, demostrarte a ti que eres lo más importante en mi vida, y dedicarme de lleno a esperarte con amor.

Sin embargo, con tus tías queridas, mis mejores amigas no aguanté, y les contamos pasados tus dos meses de gestación, se que te amarán mucho, como todos los que me han profesado su cariño por tu llegada. Eres muy afortunad@ porque estas rodeado de mucho amor. Llegaste en el momento que era a mi vida, no antes, no después, y hoy al por fin poder terminar de escribirte estas palabras, quiero expresarte, que me he esforzado mucho para estar donde estoy, que he esperado en Dios por muchos años para vivir lo que hoy estoy viviendo, y que no cambiaría nada porque todo me ha llevado hacía ti, hasta esta parte de mi historia donde he visto la mano de Dios obrar por todas partes.

Por último, quiero hablarte de tu familia de Cova de Iría, muchas personas maravillosas, que se que compartirán también, perdonarán y comprenderán mi ausencia, para ser parte de esta felicidad. Desde hoy, y para siempre, tengo el compromiso de dar siempre lo mejor de mí para hacer de ti, lo que Dios ha hecho de mí, para ayudarte a pararte cuanto caigas, para aconsejarte cuando necesites, y para hablarte de Dios para que llene tu vida, así como ha llenado la mía, para enseñarte que en Él y solo en Él, llega nuestra felicidad, que cumple como a mí me ha cumplido, que transforma como a mí me ha transformado, y para que caminemos siempre juntos y hasta Él.

Te amo, mi hij@ amad@, soñad@ y anhelad@, te estamos esperando. Nos estamos preparando para ti.