top of page

Hágase tu voluntad.

  • Foto del escritor: Cova de Iria
    Cova de Iria
  • 11 dic 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 12 dic 2018

Un católico promedio, normalito, “light”, reza como mínimo, y muy poco, un Padre Nuestro al día. Esto quiere decir que en una semana ha rezado siete Padres Nuestros, al mes veintiocho, y al año habría rezado un mínimo de trescientos treinta y seis Padres Nuestros. En total le habría pedido trescientas treinta y seis veces al Padre que ¨se hiciera su voluntad¨. Y el punto es, queridos lectores, que muchas veces, y algunas de estas tantas, hasta mecánicamente le pedimos a Dios que se haga su voluntad, incluso sin estar plenamente conscientes de qué significa pedir por ello.


Cuantos de nosotros, y me incluyo, nos pasamos orando y repitiendo que el tiempo de Dios es perfecto, perfecta sus obras y perfecta su voluntad, pero cuánto queremos afanar realmente sus tiempos, sus decisiones, sus deseos para nosotros, cuánto peso hay en nuestros sentimientos que terminamos haciéndolos primar, al tratar de solucionar por nuestras propias manos y acciones aquello que Él en su inmensidad nos insiste en soltar, confiar, y esperar. “Debemos esperar en Dios. Debemos confiar en Dios”, pero esta espera y confianza no se da de manera automática, y no se trata de hacer lo que queramos mientras se “espera”, está esperanza debe estar acompañada de la actitud correcta mientras se alcanza aquello que de VERDAD confiamos a la voluntad de Dios.


Ahora que se acerca el fin de año, empezamos a recordar, a meditar, a repasar nuestros logros y aquello que nos faltó, empezamos a “hacer la lista” de las cosas que queremos y deseamos para el otro año, las que queremos mejorar y cambiar, y eso es válido, a mi como saben, me encanta recordar, meditar, auto evaluarme, corregirme, aceptar y enmendar errores y mejorar. Pero NINGUNO de estos deseos, anhelos, y añoranzas tienen sentido si de verdad no provienen y están trazados en el plan que Dios tiene para nuestras vidas. Esto me costó, y me cuesta, a veces entenderlo aún, pero cuanta paz y cuanto gozo causan las cosas que vienen de la voluntad de Dios. He aquí la diferencia.


Nos quejamos por las cosas que no se dan a nuestra manera para darnos cuenta después que lo que sucede es mejor, o cuando nos damos cuenta que no hacemos nada para lograrlo. No podemos pretender que nos suceda algo cuando nadamos en contravía a esa corriente, o cuando nos empecinamos en demorar nuestras bendiciones a causa de nuestras incorrectas decisiones. Dios ha diseñado un futuro para nosotros donde se hace su voluntad, pedimos A DIARIO por eso, entonces dejémoslo actuar.


Para esta navidad, quiero dejarles este mensaje, a fin de que en el año nuevo podamos realmente escuchar la voz de Dios y su voluntad en nuestras vidas. Para que no nos pongamos ansiosos por lo que viene, aunque cuesta, sino que en realidad, esperemos por lo que Dios quiere para nosotros. Dios tiene un grandioso futuro diseñado para ti, y para mí, para todos. Lo sé porque Él lo dice. Dice que no hemos visto, ni oído, ni nos hemos imaginado nada tan grandioso como lo que Él tiene preparado para nosotros (1 Corintios 2:9). No tenemos ni idea de lo bueno que es nuestro futuro, y lo maravilloso que será nuestro año 2019 si lo dejamos abandonado completa y verdaderamente a su voluntad.


Dios dice que lo que tiene para ti es tan bueno, que si lo comprendieras de verdad, sentirías que “las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” Romanos 8:18, esto significa que cualquier cosa que ambicionemos para nuestras vidas ahora, son demasiado pequeñas para lo que Dios quiere para nosotros. PERO, a pesar de que Dios promete un futuro pleno y bendecido, no sucederá “mágicamente” Hay algunas cosas que TÚ debes hacer. Una de ellas es orar por ello. (Jeremías 29:11-13). Otra es OBEDECER a Dios. La buena noticia es que no estamos solos en esta lucha, el Espíritu Santo es la garantía para hacer lo que necesitemos y convertir en realidad lo que Dios nos ha prometido. Solo recuerda que cada vez que oras y obedeces inviertes en tu futuro.


A pesar de que vivimos en un mundo en el que todo puede cambiar en un segundo y no podemos estar seguros de lo que nos depara el mañana, DIOS NO CAMBIA. Aunque no sepamos los detalles específicos de lo que nos espera, podemos confiar en que Dios si lo sabe, y que es Él quien nos hará llegar a donde debemos ir. Es más, la mejor forma de llegar al futuro que Dios tiene para ti es caminar con Él hoy. Esto NO significa que no habrá obstáculos. Ya sabemos cual enemigo se encargará de que los haya. Mientras Dios tiene un futuro bueno para ti, también hay alguien que lo tiene y no es bueno. Cada vez que caemos en sus trampas atrasamos o acabamos con el plan perfecto de Dios.


El plan de Dios tampoco se realizará sin luchas, así que no podemos rendirnos cuando los tiempos se pongan difíciles, debemos pedir fortaleza y resistencia para hacer lo que debemos y perseverar. No juzguemos el futuro por lo que leemos en el periódico o por que alguien dijo de ti una vez, tu futuro está en manos de tu creador, el año que llega está en manos de tu creador, Dios no quiere que te preocupes por el futuro, Dios quiere que te preocupes por ÉL, porque Él es el futuro.


No te desalientes si las cosas no suceden tan rápido como deseas. Nunca lo hacen. Dios quiere que aprendamos a tener paciencia. Nuestra perspectiva es temporal. Él es eternal. Así que no te preocupes si no vives todo lo que quisieras en respuesta a tus oraciones. Lo harás. Si te acercas a Dios y HACES lo que Él quiere en espíritu y en VERDAD, verás pronto derramarse el favor de Dios sobre tu vida. Creo que por un tiempo se nos niegan ciertas cosas porque Dios quiere que oremos con fervor e intercedamos por ellas. Cuando llega el momento oportuno, su momento, se sabe que Dios hace un trabajo muy rápido. Si bien es bueno fijarse metas, no mires tan adelante que te quedes abrumado, en lugar de eso, mira al Señor.


Queremos poder llegar al final de nuestras vidas y decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” (2 de Timoteo 4:7-8)


Muchas veces oigo decir, y a mí misma, “lo que Dios quiera, cuando Él quiera, y sin embargo, oro por algo y cuando Dios me responde: No es aquello, es esto, no puedo evitar desilusionarme, cuánto cuestan los No por respuesta. Pero luego, y así ha sido siempre, veo el tiempo pasar y entiendo el para qué de sus No, y me siento completamente en paz y agradecida. Dios es nuestro Padre y como tal le toca formarnos, educarnos, decirnos que No, qué clase de Padre sería si hiciera de sus hijos unos malcriados y caprichosos. SI, NO, Y TODAVIA NO, son sus respuestas, oremos para aprender a aceptarlas TODAS. Hagase SU voluntad, NO la nuestra, le oramos diariooo, hay que recordarlo. 


Por esto, para este año nuevo realmente deseo que se haga la verdadera y única voluntad de Dios para sus vidas. Que sueñen, anhelen, sean felices, con aquello que provenga de Él, que no se cumpla lo que deseamos al menos que Él así lo quiera, que si nos regala algo aprendamos a recibirlo con total amor como si fuera lo que nosotros deseamos. Él sabe lo que queremos, pero nos da lo que necesitamos. Por un año 2019 asegurado en el centro de sus planes, sabiendo que Él nos da todo lo que necesitamos que esté adelante, corramos entonces la carrera de tal manera que terminemos fortalecidos y recibiendo el premio que tiene para nosotros, orando a consciencia, fuerza y convicción HAGASE TU VOLUNTAD. 


Con cariño, Mely.




 
 
 

2 Comments


Irina Blanco Ramos
Irina Blanco Ramos
Dec 13, 2018

Es como si este articulo hubiese sido escrito para que yo lo leyera. Muy acorde a mi realidad.

Like

Yenesis Alfaro
Dec 13, 2018

Hacían falta este tipo de artículos :) amo este Blog !!!!

Like

Entradas

¡No te pierdas las actualizaciones!

© Since 2017 By MelyMendozaO & LichyMendozaO

bottom of page