Primer año, ¡SIII superado!

Ha pasado un año ya, desde que di el sí que uniría mi vida para siempre al hombre que Dios eligió para mí, y con el que yo decidí también dar cumplimiento a su voluntad. Lo pongo en estos términos, porque de verdad así lo siento. Toda mi vida había anhelado estar en la etapa en la que hoy me encuentro, y tal vez por eso me la tomo tan en serio, dándole todo el valor de bendición que representa.

Algunas personas casadas me dijeron que el primer año sería difícil porque era el año de acople. Las diferencias de personalidades, crianza, gustos, todooo cuenta. Pero yo, no diría que fue un año difícil, para mí fue un año muy feliz. Un año diferente, si. De aprendizaje, crecimiento, y mucho amor. Un año en el que Andre y yo nos disfrutamos TODO. Desde preparar juntos el desayuno, comprar las cositas que poco a poco le van dando forma a nuestro apartamento, compartir nuestro tiempo, gustos, y si, también disgustos, hasta las ¨privaciones¨ para ahorrar por lo que queremos y que también son un regalo porque nos hacen valorar todo mucho más.

Ahora, no les voy a decir que siempre estamos muertos de la risa, porque hay cosas que si, TOCA cambiar, moldear, evitar, y como en todo proceso, poco a poco vamos aprendiendo. Cosas como por ejemplo, que yo soy supremamente despistada y nunca cierro las puertas de las habitaciones o baños y Andre en cambio, es supremamente ordenado y le gustan que estén cerradas todo el tiempo. Los primeros meses de casados, el apartamento estaba lleno de noticas pegadas en las puertas que decían ¨ciérrame¨, y así pasaron, hasta que me acostumbré. Pero esto no fue motivo de discusiones, hemos aprendido a solucionar nuestras diferencias de la mejor forma posible. Hablamos por horas, nos encanta hablar, y por supuesto yo le escribo, le hago cartas todo el tiempo, y cuando me demoro en escribirle me pregunta que por qué no le hecho.

Pienso en mi vida hace un año y recuerdo todas mis emociones; nuestro compromiso, la preparación del matrimonio, los showers, los viajes con mis amigas para despedir mi soltería, el mes que llegué a vivir a Valledupar después de hacerlo en Bogotá durante doce años, hasta ese día, ese trece de mayo de 2017, y un sentimiento de gratitud llena mi ser. Gratitud con Dios por veintiocho años de preparación para la llegada de Andrés, por seis años de formación espiritual que me prepararon para ese momento. Gratitud con Andrés por ser ese compañero ideal, amoroso y detallista, cualidades que para mí son todo, lo demás lo vamos alcanzando. Y gratitud conmigo misma, por la evolución que me he permitido hasta este día, por mis errores que me hicieron ser quien hoy soy, por mis aciertos que me permiten mirar con ilusión hacia quien quiero ser.

Ese día, hace un año, recuerdo perfecto que me levanté muy temprano, a las cuatro de la mañana, y me puse a orar. Oré alrededor de una hora, dando gracias, con un amor inmenso dentro de mi, tanta ilusión, mucha esperanza. Y esa oración estoy segura es la que hoy nos sostiene, e hizo de nuestro primer año uno muy feliz. Un año de balances positivos. Un año que transcurrió como el milagro que fue ese día. Recuerdo también ver pasar la mañana muy rápido. Yo me dediqué a estar tranquila, a pensar y pensarrr, hablé con Dios todo el día. Ya se pueden imaginar todo lo que pasó por mi cabeza, pero sorprendentemente estuve muy tranquila y relajada. Sentía mucha paz en mi corazón, lo que me indicó siempre que la decisión era acertada.

Almorcé con mi familia, luego supe que estaban pasando cositas de último minuto pero todas me las ocultaron, nada puede robar la paz de la novia dicen por ahí, y yo hice uso de mi poder hasta el último minuto, créanme. A las dos de la tarde me fui con mi hermana para el hotel donde me iban a arreglar. (Mi casa estaba full) Pusimos música, empezaron a maquillarme, risas, corre corre, recuerdos, miradas llenas de emoción. Pensé mucho en mi abuelita a quien le dediqué mi matrimonio pues siempre fue su ilusión ver a sus nietas casadas, y porque se que desde el cielo ella le dio su guiño de aceptación a Andre, ese mono de ojos claros con el que siempre soñó para mi.

Llegaron mis amigas, mis hermanitas que fueron mis damas de honor, pasaron las horas de la tarde también muy rápido. Estábamos un poco preocupados por la lluvia. En la mayoría de los trece de mayo de mi vida había llovido, pero yo con una fe inquebrantable sabía que este, sería la excepción. Y la virgen me cumplió. La ceremonia religiosa no pudo ser más linda y feliz, dedicada a ella, mi gran amor. Nuestras familias con sus caras de emoción, nuestros amigos más cercanos estuvieron allí compartiendo ese momento con nosotros. Mis mejores amigas, todas sin excepción, me acompañaron en todo instante, y ese sin duda alguna es un vínculo que siempre nos unirá. La fiesta también fue maravillosa, emocionante, el baile de entrada fue nuestro momento, lleno de luz, amor y colores, y como en nuestra canción ¨tienes la magia¨, todo, fue simplemente para nosotros perfecto.

Cuando el amor es el camino sabemos que la fuente es Dios. El matrimonio es una bendición de Dios donde los esposos conocen su gracia. El matrimonio es una forma de vida santificada y bendecida por Jesús. Cuando aprendemos esto, nos permitimos ser mejores, amar mejor, actuar mejor. Hay miles de formas de ser pareja, tan diferentes como las billones de personas que existen en el mundo. Pero hay UNA sola fuente y de ella debemos partir. Por eso, cada vez que quiero molestarme hago memoria de este día, ALEGRE y maravilloso, y empiezo a hacerle honor.

No importa el momento de vida en que te encuentres, la clave es la oración. Oración y tiempo para Dios quien DEBE ser tu amado si estas soltera, en este tiempo necesitamos ocuparnos de Él, dejándolo sanarnos, liberarnos, prepararnos para quien vendrá después en Su tiempo. No hay nada de malo en querer casarnos, pero si Dios está en tu vida antes, lo estará durante y siempre después en tu matrimonio. Si estas comprometida orar para llevar a voluntad esa decisión, y si ya estas casada orar para que tu matrimonio permanezca dando frutos. Algunas dirán, nada es tan perfecto, y si, nada lo es. Sólo Dios. Pero si un Dios perfecto es la base y cimiento de tu vida, todo en ella se asemejará. Mi primer año de casada, ¡SI, superado! Hoy puedo decirles que no puedo esperar de la emoción para que pasen cien felices años más.

💖 Mely.